LEYENDA DEL MONO DE CÁCERES: UNA
HISTORIA QUE TE SORPRENDERÁ.
Cáceres
es una de las ciudades más bonitas de nuestro país. Situada en Extremadura, fue
fundada por los romanos de los que aún se conservan vestigios. Y no solamente
de esta cultura, sino de todas las que ocuparon en siglos posteriores. Es
evidente que sus calles esconden muchísimas historias.
En
cuanto a la arquitectura del casco antiguo de Cáceres puedo apreciar una
perfecta mezcla entre renacentista y gótico. Sus calles, medievales, están
adoquinadas y podemos encontrarnos con un gran número de palacios y casa
fortificadas. De hecho, tenemos que tener en cuenta que la ciudad está rodeada
de una preciosa muralla morisca que data del siglo XII.
Una
de las casas más enigmáticas que se puede encontrar en Cáceres es la de los
Espadero-Pizarro. Estás ubicada en la misma cuesta de Aldana. Popularmente, se
la conoce como “La Casa del Mono”. La leyenda dice que el dueño de esta casa,
que era comerciante, regaló a su mujer un mono que compró en uno de sus tantos
viajes por trabajo.
Era
una manera de compensar la continua ausencia en esos días en los que no se
encontraba en casa. A pesar de diversos intentos, la pareja no era capaz de
engendrar un hijo. Por lo tanto, este mono les sirvió también como distracción
en cuanto a la frustración que estaban experimentando.
Conforme
avanzaba el tiempo, el mono era como uno más de la familia. De hecho, era
considerado como ese hijo que, hasta el momento, no habían podido tener. En un
momento dado, la mujer se quedó embarazada. Una noticia que no tardaron en
celebrar con mucha alegría.
Una
vez nació el niño, el mono fue sintiéndose desplazado de la familia. Recordemos
que era tratado como uno más. Es entonces cuando un día concreto, movido por
los celos, el animal acabó con la vida del bebé. ¿De qué manera? Tirándolo por
la ventana. El comerciante fue testigo de lo sucedido, por lo que no dudó en
encadenarle a las escaleras de palacio. Era la forma de condenarle por lo que
acababa de hacer. A pesar de los gritos, le dejó morir.
En
la actualidad podemos encontrar tres gárgolas de granito en la fachada de este
palacio. Se dice que quisieron representar tanto al mono como al comerciante y
a su mujer con un bebé en brazos. Es una manera directa para que esta leyenda,
una de las más conocida de Cáceres, perdura en el tiempo.
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