miércoles, 18 de octubre de 2023

LEYENDA DEL MONASTERIO DE GRANJA DE MORERUELA

 

LEYENDA DEL MONASTERIO DE GRANJA DE MORERUELA




De la fundación de este grandioso monasterio existen varias versiones que atribuyen su instalación a distintos protagonistas.

Hubo un antiguo manuscrito, de autor anónimo, en el que pone en boca de dos pastores un diálogo en el que ambos hablaban sobre la fundación del Monasterio de Moreruela: Decía el pastor al zagal que, hallándose cierto día San Froilán y Sa Atilano en su convento de Moreruela de Tábara, tuvieron un aviso divino de que huyeran pronto de allí llevando en sus hombros la Santa imagen de Nuestra Señora que llamaban la Vieja, y se fueran de aquellos campos predicando en las aldeas hasta que hallaran un león al lado de un árbol grande, y allí, en la concavidad de una piedra, ocultaran la imagen, pues era voluntad del Señor que allí se fundara un nuevo monasterio.



Hicieron aquellos virtuosos varones lo que se les mandaba, y de noche, tomando a hombros el sagrado depósito que se les confiaba, abandonaron el convento, que pocos días después sería destruido por los árabes que mataron o tomaron prisioneros a los demás monjes. Entre tanto, los Santos Froilán y Atilano vagaban por aquella comarca dedicándose a aconsejar y predicar la buena doctrina alcanzando buena fama de sabios y virtuosos siervos de Dios, Llegaron, al fin, a encontrar cerca de la orilla izquierda del Esla el león y el árbol que el cielo les había anunciado, así como también vieron una gran concavidad subterránea donde dejar la imagen que transportaban, Según el tradicional diálogo de los pastores, ocurrió un curioso milagro, que se atribuye a los santos monjes: Un aldeano, compadecido de verlos trabajar tanto, les regaló un pequeño asno para aliviarles el peso de las alforjas que siempre llevaban sobre sus hombros. Un día que los santos varones dejaron el borrico paciendo libremente por el campo, fue atacado y despedazado por un lobo que, en lugar de huir después de consumar su sangrienta tarea, quedose inmóvil al pie de la víctima y así lo vieron algunos campesinos que por allí pasaban. Avisaron a los virtuosos frailes que comprobaron como la fiera esperaba tranquilamente la llegada de los hombres y no se movió, aunque avanzaron hasta ella. Entonces, el santo Froilán les dijo a todos los presentes: “Este hará en adelante los oficios del Asno que ha devorado” y cargándole las alforjas el voraz animal les siguió con la mayor mansedumbre.


Habiendo llegado hasta el Rey la fama de estos santos varones, y estando el monarca afligido por sus muchas preocupaciones, mandó llamar a San Froilán y San Atilano para que vinieran a aconsejarle. Hallábase en León el rey Bermudo II, llamado “El Gotoso” y allá fueron con humildad los santos, mostrándole al monarca como el auxilio del Todopoderoso y las buenas acciones servían para obrar con acierto. Obtuvo el monarca león-es algunas victorias sobre los sarracenos, logrando arrojarlos fuera de su reino y quiso mostrar su agradecimiento fundando en el sitio donde los santos tenían oculta la Imagen el Monasterio de Moreruela, al que donó muchas rentas.




Esta piadosa narración la confirma una de las inscripciones que había en la capilla mayor y que decía así: “Reinando Bermudo II El Gotoso, fundador de este monasterio, dio a nuestros padres San Froilán y San Atilano cantidad de dinero en un escriño redondo que dicen será de dos varas de largo y media de ancho con se fundó. Año de 985”.




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