jueves, 12 de octubre de 2023

 

CRÓNICA ETAPA 22. 

ALDEANUEVA DEL CAMINO 



VALVERDE DE VALDELACASA




Escrito por José Antonio Molina Real en consenso con equipo del Proyecto Camino Solidario.

DISTANCIA. - 31 KM

TEMPERATURA. - Salida 6º - Llegada 19º

RECORRIDO. - Analizar el recorrido tiene dos caras bien definidas. La primera desde Aldeanueva del Camino donde se sale buscando la antigua N-630, la cual seguiremos, salvo en algunos pequeños tramos que cogemos cortas sendas paralelas a la misma, hasta Baños de Montemayor, por lo tanto, una primera parte presidida por el asfalto de una carretera poco transitada y con un arcén no demasiado amplio. Después de Baños de Montemayor se inicia la parte final de la subida al Puerto de Béjar por un sendero con algo de pendiente enlosado rememorando la antigua calzada romana, poco después se cruza la carretera para coger una estrecha senda con frondosa vegetación y finalmente culminar el puerto andando por la propia carretera. La segunda parte es todo camino de tierra, que comienza con una bajada bastante pronunciada por un camino que coincide con la antigua calzada, camino amplio, aunque, en ocasiones, descarnado por las correnteras de las lluvias. Una vez cruzado el Puente Malena, seguimos por un sendero que discurre paralelo a una carretera local y siguiendo el curso del río Cuerpo de Hombre hasta llegar a la ermita de San Francisco que dejamos a nuestra derecha para seguir y coger el Camino del Molino, que en una brusca subida no llevará hasta La Calzada de Béjar. A partir de aquí nos espera una senda llana, amplia y fácil de caminar, entre dehesas, que en línea recta se pierde en el horizonte. Tan sólo a un par de kilómetros de Valverde de Valdelacasa rompemos esa recta para sortear el río Sangusín por una pasarela metálica, y así acercarnos hasta nuestro destino nuevamente por camino de tierra.



LUGAR DE ACOGIDA. - Albergue Municipal de Valverde de Valdelacasa. Tiene lo esencial para pernoctar, con camas individuales. 12€

HORA DE SALIDA. - 6 h. HORA DE LLEGADA. - 14 h.



La claridad del nuevo día empezaba a aparecer sobre las montañas de la Sierra de Béjar. La salida de Aldeanueva del Camino se hace a través de la N-630 y eso significa estar más pendiente del posible tráfico que del posible paisaje. Por lo tanto, hasta Baños de Montemayor no hay nada que resaltar. Un café con leche rápido en un pueblo que duerme nos sirve para coger algo de calor en una mañana muy fría y gélida, con aire del norte que nos hiela el aliento. La subida por el trazado de la antigua calzada romana da un poco de misticismo a nuestro andar hasta culminar la subida al Puerto de Béjar, Allí nos espera el amigo Juan que prometió ayer nos acompañaría en nuestra etapa de hoy. La bajada siguiendo el trazado romano se convierte en bucólica, incluso alguien del grupo indicó que le recordaba a los caminos jacobeos de Galicia, y ciertamente no le faltaba razón. Frondosa vegetación, caminando por la montaña donde se abrían verdes prados, el musgo sobre las piedras y el agua corriendo bajo nuestros pies. Además, tenemos la suerte de encontrar, justo ante del puente Malena sobre el río Cuerpo de Hombre, a Wilhelm, un alemán que tiene un curioso albergue y que nos invita a tomar café. Aunque no domina perfectamente el castellano el diálogo es fluido y nos habla de su experiencia de vida, hasta que un grupo de bicigrinos se une a la tertulia y el café. La verdad es que nos hemos entretenido demasiado, pero ha sido uno de esos momentos que merecen la pena vivir y saborear, un momento que nos ha regalado el Camino. Proseguimos una vez cruzado el puente por un sendero pasando ante varios miliarios y junto a uno de ellos reponemos fuerzas. Dejamos atrás la ermita de San Francisco y llegamos a los molinos de Calzada de Béjar. Allí, subimos durante más de un kilómetro una pendiente que nos pondrá en las primeras calles del pueblo. La vida en él sigue con la normalidad cotidiana. Gente mayor esperando al médico en el consultorio, otros limpiando vigas de madera o conduciendo sus vacas a que consuman sus pastos. La salida de Calzada de Béjar se hace por una pista amplia y con firme bastante compacto y sin muchas piedras que coincide con el Camino Real de la Plata, es decir, con la antigua calzada romana, dejando a ambos lados enormes dehesas donde mucho ganado bovino pasta en tranquilidad observando impasibles nuestros pasos. Diversos miliarios jalonan nuestro camino que se hace fácil y cómodo. Fresnos, encinas y muchos pastos dan ese color verdoso al campo que tanto hemos echado de menos en Extremadura. La monotonía de este camino rectilíneo se rompe al llegar al río Sangusín. Allí debemos salvar su caudal cruzando sobre una pasarela metálica que desentona con lo bucólico de un trazado milenario. A partir de ahí, las primeras casas de Valverde de Valdelacasa aparecen rápido ante nosotros, para llegar al albergue e instalarnos, no sin antes despedir a nuestro amigo Juan Hinojal, caminante incansable, que no sólo nos sigue por las redes sociales, sino que hoy ha querido ser también protagonista de nuestra etapa. Un merecido descanso nos espera y la misma rutina que cualquier peregrino debe realizar a diario. Mañana otra etapa, algo más dura, pero seguimos con fuerza y ánimos que no paran de enviarnos desde la Asociación del Insomnio Familiar Fatal de Jaén.







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