EL ANCIANO, EL
NIÑO Y EL BURRO.
Si te afecta lo que
los demás dicen de ti y tienen demasiado poder las opiniones sobre tu vida, me
gustaría compartir contigo este cuento de autor desconocido.
Erase una vez un
anciano y un niño que viajaban con un burro e iban de pueblo en pueblo.
Llegaron a una aldea caminando junto al burro, y al pasar por ahí, un grupo de
jóvenes se burló de ellos. -Que par de tontos!... Tienen un burro y, en lugar
de montarlo, van los dos caminando. Por lo menos, el viejo podría subirse al
burro-. Móntese usted, abuelo, que usted está más cansado-.
El anciano se subió al
burro y prosiguieron la marcha.
Llegaron a otro pueblo
y al atravesarlo, una vecina se molestó mucho cuando vio al adulto sobre el
burro y al niño caminando al lado. - ¡Parece mentira!... El viejo sentado y el
pobre niño caminando. ¿Cómo no le da vergüenza? -. El anciano dijo: -Tiene
razón, hijo. Yo estoy aquí tan cómodo y tú…-.
A lo que el niño respondió: -Pero, abuelo, si yo no estoy cansado…-.
Y el anciano dijo:
-Cambiemos. Móntate tú ahora en el burro-. El anciano y el niño intercambiaron
sus puestos y siguieron su camino hasta llegar a la siguiente aldea.
Un señor que los ve
llegar replica: - ¡El colmo!... Vengan a ver esto vecinos… El joven montando en
el burro y el pobre anciano, que no puede con su alma, caminando.
Entonces el anciano le
dice al niño: -Vamos a hacer una cosa, hijo-.
Niño: -Dígame abuelo-.
Anciano: -Tú pesas
poco. Creo que el animal puede con nosotros dos-.
El burro avanza sin
problemas llevando al niño y al abuelo sobre el lomo. Pero cuando cruzaron
junto a un grupo de campesinos…
Mujer: - ¡Tengan
compasión, caramba!... ¡Van a reventar a ese pobre animalito! -.
Anciano: - Ya no se
que hacer, hijo… Pero tienen razón, porque el burrito debe estar desfallecido…
-.
Niño: - ¿Y si lo
cargamos abuelo? -.
Anciano: - ¿Cargar al
burro?... Tal vez podamos… -.
Y así llegaron al
siguiente pueblo, el anciano y el niño con el burro sobre sus hombros.
Joven: -Ja ja ja,
¡Nunca vimos gente tan boba!... Tienen un burro y, en lugar de montarse sobre
él, lo llevan a cuestas… ¡Que tontos! -.
Si te dejas guiar por
las opiniones de los demás, acabarás como el anciano y el niño de este cuento,
sin burro y sin llegar a ninguna parte. No hagas caso al que dirán. Escucha
únicamente la voz de tu corazón.
Autor: Desconocido
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