TORRE DE LA MALMUERTA DE CÓRDOBA
Ahora
es un buen momento para acercarnos más, aunque sea por redes sociales, aquellos
lugares que nos creíamos que ya conocíamos suficiente. Sin embargo, cada ciudad
guarda un pequeño secreto, una leyenda que cautiva a quien la conoce, y un
motivo para visitarla.
En
este caso quiero hablarte de la Torre de la Malmuerta de Córdoba, quizás
no muy conocida por los turistas, pero seguro que sí por los cordobeses. Se
encuentra situada en el barrio de Santa Marina, en el centro de la ciudad, y lo
que más llama la atención de ella es la leyenda que queda guardada entre sus
paredes.
Su construcción se llevó a cabo en el siglo XV y duró cuatro años, desde 1404 a 1408. De hecho. Antes de que la torre que hoy conocemos se alzara, ya había otra según aparece en algunos escritos antiguos, situada en el mismo sitio. Actualmente se puede visitar por libre pero también con visita guiada, algo muy recomendable.
Los
más curioso que surge en esta torre es una de sus tantas leyendas, también
conocida como “Leyenda de los Comendadores”, en la cual se une realidad
por el hecho de la muerte de los comendadores de Córdoba en 1448, con ficción.
Uno
de los protagonistas de la historia fue Fernando Alfonso de Córdoba, un
caballero muy relevante en la ciudad por su dinero y también sus contactos.
Este se encontraba casado con Beatriz de Hinestrosa y, aunque ambos eran muy
felices, según se contaba también era una pareja frustrada por el hecho de no
concebir hijos.
Un
día recibieron una visita de los primos de Fernando: Fernando y Jorge de
Córdoba y Solier. Los dos formaban parte de la Orden de Calatrava y eran
comendadores en sus respectivas ciudades. Jorge se enamoró e incluso obsesionó
de la esposa de su primo, Beatriz, algo que le llevó a un duro final. Durante
un tiempo tuvo que irse por determinados asuntos a la Corte del monarca,
dejando a ambos amantes juntos en su hogar.
Beatriz
cada vez le enviaba menos cartas a Fernando y esto ya levantó sospechas en el
noble. Cuando volvió, acabó con la vida de ambos, aunque no tenia ninguna
prueba de que su mujer realmente le había sido infiel. Por esto, solicitó el
perdón del Rey Juan II de Castilla, el cual como castigo le ordenó construir
esta misma torre, la “Torre de la Malmuerta”.
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