EL LAGO DE LAS AGUAS HELADAS
Había una vez un rey africano, ya mayor, que decidió ceder su
trono para descansar. Se llamaba Bakary, y había gobernado con mucha rectitud y
justicia. Un día anunció su decisión:
-Me hago mayor- dijo Bakary- y necesito descansar. He pensado en
ceder el trono, pero solo gobernará el más fuerte y valiente de todos vosotros.
El aspirante a rey solo tendrá que superar una prueba: resistir durante una
noche entera en las aguas gélidas del lago.
Todos se asustaron al escuchar aquello. Las aguas del lago estaban
congeladas, y por la noche, se acercaban a beber todas las fieras del lugar
¿Quién iba a querer pasar allí dentro una noche entera?
Pero entonces, un chico muy joven levantó la mano decidido:
- ¡Yo lo haré! - dijo muy seguro el joven.
- ¿Cómo te llamas, muchacho? Preguntó intrigado el rey Bakary-
pareces muy joven…
-Me llamo Dembo- contestó el joven- Y sí, soy joven, pero deseo
gobernar este país tan bien como lo ha hecho su majestad.
-Bien- respondió el monarca- esta misma noche dos soldados te
acompañarán para comprobar que cumples el requisito sin hacer trampas.
La noche de Dembo en el lago de las aguas heladas
Esa misma noche, Dembo se dirigió al lago de las aguas heladas
escoltado por dos soldados del monarca. Al principio, Dembo se quedó totalmente
helado. El frío se acumulaba y no podía dejar de tiritar. Pensó que no podría
resistir toda la noche, pero entonces vio a lo lejos el fuego de una hoguera,
un fuego que su madre había encendido el lo alto de una colina para que
sintiera cerca el calor de su cariño.
Demo se sintió arropado por la confianza y el cariño de su madre,
y aunque el calor de la hoguera estaba demasiado lejos, sintió que podía
resistir al frío de las aguas. Su madre confiaba en él.
Entonces comenzaron a llegar animales terribles hasta el lago:
leones, hienas y hasta un rinoceronte. Demo tembló de miedo, pero cada vez que
sentía ganas de salir del lago y abandonar su empeño, miraba la hoguera, y
permanecía quieto en el lago.
Y así, llegó el amanecer, y los soldados volvieron con Dembo hasta
el palacio del rey para explicar al monarca lo que había sucedido.
La decisión del monarca
Allí, en el palacio, también esperaba la madre de Demo, que le
abrazó y cubrió con una manta nada más verlo.
-Demo- dijo el monarca- Los soldados me han dicho que pasaste la
noche entera en el lago, pero que en lo alto de la colina había una hoguera
encendida. Tal vez la hoguera hizo que sintieras calor. Quizás por eso
resististe en las gélidas aguas del lago.
Entonces, la madre de Demo se adelantó y dijo:
-Sí señor, había una hoguera. Yo misma la encendí para que mi hija
me sintiera cerca. Y ahora, si me permite, le voy a prepara una sopa para que
entre en calor.
Entonces, la mujer sacó de unas ramitas y prendió una pequeña
hoguera, y sacó un cazo con agua y lo colocó en el suelo, apartado de la
hoguera.
-Pero mujer- dijo el monarca entonces- ¿Cómo vas a calentar el
agua si no lo colocas encima del fuego?
-Cierto- contestó la madre de Demo- Entonces… ¿cómo iba a sentir
mi hijo el calor de una hoguera que estaba tan lejos?
El monarca asintió y dijo:
-Esta mujer tiene razón. Su hijo será el nuevo rey, porque no
tengo ninguna duda de que, si su madre le ha sabido educar con tanta sabiduría,
sabrá gobernar con rectitud el país.
Y todos le dieron la razón.
Valores que transmite este cuento africano:
Este cuento corto, `El lago de las aguas heladas´, encierra
muchísimos valores esenciales:
El valor del esfuerzo.
La importancia de perseverar en el empeño.
La importancia de la confianza en uno mismo y el amor e incentivos
de los demás.
El uso del ingenio para responder a una pregunta.
Reflexiones:
El cuento africano `El lago de las aguas heladas´ encierra muchísimas
reflexiones que además están llenas de sabiduría. Entre ellas, estas:
Si te esfuerzas y crees… puedes: No importa lo joven, pequeño, o grande que seas. Lo que importa de
verdad es el esfuerzo y el coraje. Muchos niños, muy inteligentes, sacan muy
buenas notas con solo leer la lección. Otros sin embargo tardan más en
memorizar, pero se esfuerzan tanto que consiguen la misma nota que los otros,
al igual que los mayores con proyectos, sueños, oposiciones y otros estudios.
Con esfuerzo, se consigue cualquier cosa. Con esfuerzo y confianza en uno
mismo.
Confía en ti y persevera… ¡y lo lograrás!: La confianza en uno mismo es fundamental para conseguir un
objetivo. Mantenerse firme en un empeño, no abandonar ante el primer miedo o el
primer obstáculo. Ser `cabezota´: `yo quiero conseguirlo y sé que puedo
hacerlo´. Los más testarudos al final se salen con la suya…
“La confianza en uno mismo es un pilar básico a la hora de conseguir
un objetivo”.
Los incentivos y el amor de los demás también es importante: Si el objetivo es complicado, además de la confianza en uno mismo,
es muy importante tener un apoyo, alguien que también confía en ti y no duda en
demostrártelo, en hacerte llegar su cariño y sus palabras de aliento. Rodéate
de personas que te quieren y te lo demuestran confiando en ti y en tus
proyectos.
Ante una pregunta complicada… usa el ingenio: En `El lago de las aguas heladas¨, la madre de Demo demostró tener
muchísimo ingenio a la hora de responder a la pregunta y duda el monarca acerca
de la validez de la prueba de su hijo. De esa forma, todos lo entenderían sin
tener que explicar nada. Los ejemplos son fantásticos para explicar algo a los
demás. Úsalos sin miedo.
Estefanía Esteban
Tucuentofavorito.com
Soludos
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