viernes, 28 de enero de 2022


LOS SEIS SABIOS CIEGOS Y EL ELEFANTE

“En una ocasión había seis ancianos ciegos que no gozaban del don de la vista, siendo ciegos y empleando el sentido del tacto para experimentar y conocer las diferentes realidades, seres y objetos del mundo. Ninguno de estos sabios había visto nunca un elefante, y tras conocer a su rey disponía de uno le solicitaron con humildad poder conocerlo. El monarca decidió concederles su petición y los llevó ante el paquidermo, permitiendo que los ancianos se acercaran y lo tocaran.

Los sabios se aproximaron al animal y, uno por uno, tocaron al elefante con el fin de saber cómo era dicho ser.

El primero le tocó un colmillo, y consideró que el elefante era liso y agudo cual lanza. El segundo sabio se aproximó y tocó la cola del elefante, respondiendo que en realidad era más bien como una cuerda. El tercero entraría en contacto con la trompa, refiriendo que el animal se parecía más a una serpiente. El cuarto indicaría que los demás debían estar errando, ya que tras tocar la rodilla del elefante llegó a la conclusión de que se trataba de algo semejante a un árbol. El quinto lo desmintió al tocar la oreja del ser, valorando que se parecía a un abanico. Por último, el sexto sabio llegó a la conclusión de que en realidad el elefante era como una fuerte pared rugosa, al haber tocar su lomo.

Tras haber llegado a distintas conclusiones, los sabios empezaron a discutir respecto a quién poseía la verdad. Dado que todos defendían sus posiciones con ahínco, recurrieron a la ayuda de un séptimo sabio el cual podía ver. Este les hizo ver que en realidad todos ellos tenían parte de la razón, dado que habían estado describiendo una única parte del conjunto del animal, a la vez que aún sin equivocarse ninguno de ellos había podido conocerlo en su totalidad.”

Fábula atribuida a Rumi, sufí persa del s. XIII.

Un cuento clásico procedente de la India; esta historia nos habla de la necesidad de tener en cuenta que nuestro punto de vista no es el único que existe sobre la realidad: debemos valorar que las opiniones, creencias o conocimientos de otras personas pueden ser tan válidas y verdaderas como las nuestras, sin necesidad de que ninguno de los dos esté equivocado. 

miércoles, 5 de enero de 2022


La mariposa blanca

 

“Había una vez en Japón un anciano cuyo nombre era el de Takahama, y que vivía desde su juventud en una pequeña casa que él mismo había construido junto a un cementerio, en lo alto de una colina. Era un hombre amado y respetado por su amabilidad y generosidad, pero los lugareños a menudo se preguntaban porqué vivía en soledad al lado del cementerio y por qué nunca se había Casado.

 

Un día el anciano enfermó de gravead, estando cerca ya su muerte, y su cuñada y su sobrino fueron a cuidarle en sus últimos momentos y le aseguraron que estarían junto a él todo lo que necesitara. Especialmente su sobrino, quien no se separaba del anciano.

 

Un día, en que la Ventana de la habitación estaba abierta, se coló una pequeña mariposa blanca en su interior. El joven intentó espantarla en varias ocasiones, pero la mariposa siempre volvía al interior, y finalmente, cansado, la dejó revolotear al lado del anciano.

 

Tras largo rato, la mariposa abandonó la habitación y el joven, curioso por su comportamiento y por su belleza, la siguió. El pequeño ser voló hasta el cementerio que existía al lado de la casa y se dirigió a una tumba, alrededor de la cual revolotearía hasta desaparecer.

 

Aunque la tumba era muy Antigua, estaba limpia y cuidada, rodeada de flores blancas frescas. Tras la desaparición de la mariposa, el joven sobrino volvió a la casa con su tío, para descubrir que este había muerto.

 

El joven corrió a contarle a su madre lo sucedido, incluyendo el extraño comportamiento de la mariposa, ante lo que la mujer sonrió y le contó al joven el motivo por el que el anciano Takahana había pasado su vida allí

 

En su juventud, Takahana conoció y se enamoró de una joven llamada Akiko, con la cual iba a casarse. Sin embargo, pocos días antes del enlace la joven falleció. Ello sumió a Takahana en la tristeza, de la que no conseguiría recuperarse. Decidió que nunca se casaría y fue entonces cuando construyó la casa al lado del cementerio con el fin de poder visitar y cuidar todos los días la tumba de su amada.

 

El joven reflexionó y entendió quién era la mariposa y que ahora su tío Takahana se había reunido al fin con su amada Akiko.

 

Un hermoso cuento de origen japonés que nos habla sobre el amor, concretamente de un amor capaz de transcender el tiempo e incluso la Muerte. Un amor eterno.

 

Ona Daurada on Vimeo. 



 La arena y la roca

Dice una leyenda árabe que dos amigos viajaban por el desierto y discutieron. uno acabó dando al otro una bofetada. El ofendido se agachó y escribió con sus dedos en la arena: “HOY MI MEJOR AMIGO ME HA DADO UNA FUERTE BOFETADA EN LA CARA”. 

C
ontinuaron el trayecto y llegaron a un oasis, donde decidieron bañarse. El que había sido abofeteado y herido empezó a ahogarse. El otro se lanzó a salvarlo. Al recuperarse del posible ahogamiento, tomó un estilete y empezó a grabar unas palabras en una enorme piedra. Al acabar se podía leer: “HOY MI MEJOR AMIGO ME HA SALVADO LA VIDA”. 

I
ntrigado su amigo, le preguntó: 

¿P
or qué cuando te hice daño escribiste en la arena y ahora escribes en una roca?


S
onriente, el otro respondió: 

C
uando un gran amigo nos ofende, debemos escribir la ofensa en la arena, donde el viento del olvido y del perdón se encargará de borrarla y olvidarla. en cambio, cuando un gran amigo nos ayuda o nos ocurre algo grandioso, es preciso grabarlo en la piedra de la memoria del corazón, donde ningún viento de ninguna parte del mundo podrá borrarlo.

Ana Sanz

martes, 4 de enero de 2022




 

Historias cortas para personas adultas.

Probablemente la mayor parte de quienes leen estas líneas recuerdan los cuentos que sus padres, hermanos, tíos, profesores, amigos o tutores legales les contaban en su infancia.

Entre ellos, algunos clásicos son el de “Los Tres cerditos”, “Hansel y Gretel” o “Caperucita Roja”, por ejemplo. Pero, aunque generalmente asociamos el género de los cuentos con la infancia, podemos encontrar también una gran variedad de ellos que resultan más apropiados y/o comprensibles para adolescentes, jóvenes e incluso adultos.

A modo de muestra vamos a ir viendo una selección de cuentos cortos para adultos y jóvenes a punto de entrar en la adultez, que tratan temáticas como el amor, la necesidad de tener en cuenta las perspectivas ajenas o la naturaleza Humana.


Una serie de cuentos cortos para adultos que nos hacen reflexionar sobre temas universales.

Oscar Castillero Mimenza. 

 

 LA TRISTEZA Y LA FURIA


En un reino encantado donde los hombres nunca pueden llegar, o quizás donde los hombres transitan eternamente sin darse cuenta...


En un reino mágico, donde las cosas no tangibles, se vuelven concretas...


Había una vez... un estanque maravilloso.


Era una laguna de agua cristalina y pura donde nadaban peces de todos los colores existentes y donde todas las tonalidades del verde se reflejaban permanentemente...

Hasta ese estanque mágico y transparente se acercaron a bañarse haciéndose mutua compañía, la tristeza y la furia.


Las dos se quitaron sus vestimentas y desnudas las dos entraron al estanque.


La furia, apurada (como siempre esta la furia), urgida -sin saber porqué- se baño rápidamente y mas rápidamente aun, salió del agua...


Pero la furia es ciega, o por lo menos no distingue claramente la realidad, así que, desnuda y apurada, se puso, al salir, la primera ropa que encontró...


Y sucedió que esa ropa no era la suya, sino la de la tristeza...


Y así vestida de tristeza, la furia se fue.

Muy calma, y muy serena, dispuesta como siempre a quedarse en el lugar donde está, la tristeza terminó su baño y sin ningún apuro (o mejor dicho, sin conciencia del paso del tiempo), con pereza y lentamente, salió del estanque.


En la orilla se encontró con que su ropa ya no estaba.


Como todos sabemos, si hay algo que a la tristeza no le gusta es quedar al desnudo, así que se puso la única ropa que había junto al estanque, la ropa de la furia.

Cuentan que desde entonces, muchas veces uno se encuentra con la furia, ciega, cruel, terrible y enfadada, pero si nos damos el tiempo de mirar bien, encontramos que esta furia que vemos es sólo un disfraz, y que detrás del disfraz de la furia, en realidad... está escondida la tristeza.

Del libro de Jorge Bucay: “Cuentos Para pensar

Página web de Jorge Bucay – www.bucay.com