viernes, 18 de septiembre de 2020

Cuentos y Leyendas

Me ha parecido interesante compartir las leyendas que existe del Camino de Santiago, son muy emotivas e interesantes que pueden ir haciendo una idea de lo que ha ido aconteciendo en El Camino de Santiago.

Leyenda de la Fuente Reniega


Has oído hablar de esta leyenda...
alberguemilpes.com

Esta vieja leyenda del Camino de Santiago fue recogida por Juan Ramón Corpas en el libro "curiosidades de Navarra" y dice así:

En una fuente situada en un monte cercano a Astraín se apareció el diablo con forma de apuesto joven para interrumpir la subida de un sediento caminante que escalaba el puerto en pleno verano.

El diablo ofreció la posibilidad de refrescarse y beber, con la única condición de que debía renegar de Dios, evidentemente el peregrino rehusó tal oferta.

Entonces, el demonio ante la negativa del romero volvió a tentarlo sugiriendo que bastaba con renunciar a la Virgen María pera recibir el preciado líquido, el joven tampoco aceptó tal condición.

El demonio intento por tercera vez convencer al peregrino exigiéndole que renunciase al Apóstol Santiago para poder calmar se sed, como era de esperar el joven volvió a renunciar y comenzó a rezar encomendándose a las alturas.

Como resultado de este acto de fe el demonio se esfumó, dejando tras de sí una enorme nube de azufre, y en su lugar apareció la cristalina fuente, donde el romero pudo al fin saciar sus ganas de beber.


lunes, 14 de septiembre de 2020

Vídeos motivadores en el Camino


Quiero compartir con vosotros y con vosotras estos dos vídeos motivadores que sucedió en el Albergue de Isaac Santiago en los Arcos, Navarra. Protagonizado por Miriam, Dani e Ismael y yo con el teléfono grabando.


También las Hospitaleras del albergue quisieron compartir su experiencia con nosotros.


Espero que os haya gustado, hasta la próxima.



 

sábado, 12 de septiembre de 2020

Camino de Santiago y AECC





Caco Colenci, gran compañero, hermano y peregrino fueran muchas etapas juntos.


Julio coreano, al igual que Caco fueron bastantes etapas juntos, persona entrañable.


Juan de Salamanca, fué el único español que me acompañó en el Camino desde Foncebadón, gran persona.


Y como no Denise que también andamos juntos en muchas etapas deferentes a las anteriores, una gran persona, jamás podré olvidarme de ella, la llevare en mi corazón.



 


 

viernes, 11 de septiembre de 2020

Grup Scout Natura 17 A.V.D.E



El pasado 2 de septiembre un hermano scout Toni Moreno del Grupo Scout Natura 17 de A.V.D.E tuvo la genial idea de ir formando un grupo de whatsApp con el máximo número posible de miembros que pasaron por ese Scout, fue un gran esfuerzo de investigación el que hizo para juntarnos después de treinta y tantos años.




Tuvo sus resultados ya que hasta ahora ha conseguido una treintena de hermanos scouts. Es una gran emoción e ilusión haber contactado con nuestro Jefe de Grupo Lluis Huedo, con Mariló (Akela), Carmen (Bagheera), Toni López, Guillermo (Rikki), Marga, Padres y madres que fueron un puntal muy importante, algunos continúan con nosotros pero otros por desgracia ya no están pero siguen en nuestros corazones y nuestro recuerdo.




 Son muchos los recuerdos Raúl, Cris, Lucía, Nuria Atienza, Esperanza, Nuria Escriba, Elena, scouts que desde bien pequeños aprendieron juagando y confiando en nosotros, hoy día mujeres y hombres hechos y derechos que nos llena de alegría ya que los queremos mucho y se nota que ellos a nosotros también, Vicente, Miguel, José Luis, Oscar. Seguro que me dejaré a algunos pero no por eso dejan de ser importantes.





También, como no, Nuestra patrulla Impalas Paco, Juan Pedro, Toni, Nelo, Faus, Con Paco de Guía y Faus de subguía, una patrulla de scouts que fue el culmen de lo que aprendieron en Tropa gracias a su esfuerzo lograron ser Scouts Diplomados, todos los scouters desde el Jefe de Grupo estamos muy orgullosos de todos, de la Manada, de la Tropa, de los scouters y de los padres y madres que estuvieron allí codo con codo.





Fueron muchas aventuras, muchas anécdotas, mucho polvo del camino juntos donde no solo éramos scouts sino que éramos familia y por eso no podemos borrar ese pasado porque se quedó grabado en el corazón.





No todo fue de color de rosa también se pasó mal, se discutió, nos enfadamos muchas veces pero hasta en la mejor familia pasa, lo importante es que solo queda los recuerdos bonitos, los malos momentos se han borrado y se ha podido aprender de ello. Estoy muy agradecido a todos y cada una de ellos por todo lo que me han enseñado, por todo lo que me han aportado, mi corazón es más grande gracias a ellos.




Mas recuerdos para compartir















"Quién no vive para servir, no sirve para vivir"

¡¡BUENA CAZA Y LARGAS LUNAS!!

Os quiero 

BALOO

 

Aventura Nueva Ruta

Si te apetece una aventura no dudes, buenos guías, mejor compañía y pasaras una ruta disfrutando de la naturaleza y al final si quieres comemos juntos.

 

lunes, 7 de septiembre de 2020

Articulo Camino de Santiago 2018



Tenía en mente hacer el Camino de Santiago pero era como algo que tenía aparcado y de repente en uno de los Caminos que hacemos todos los años a  La Virgen de Cortes con grupo de amigos: José Antonio Molina, Javier Flores, Atilano, Gabriel, fue cuando José Antonio  me contó su experiencia de cuando él fue y me lo explicó de tal manera que me enganchó y me puse manos a la obra, con ayuda de él con sus indicaciones.


Primero conté con mi familia porque era un mes fuera de casa, mi mujer y mis hijas lo entendieron y me dieron su apoyo incondicionalmente, también conté con el apoyo de mis compañeras de trabajo que me facilitaron el cambiar turnos para ir sumando días libres, mi compañera Montse que subía a las redes sociales mis crónicas diarias para hacerlo por mediación de La Junta local de Lucha Contra el Cáncer de La Puerta de Segura de la AECC de Jaén para hacerla presente de alguna forma porque para mí es una gran motivación, a mi compañera enfermera Elena, a mi familia de los Vaqueros y a la familia de mi mujer  que me han estado siguiendo y animando.






Cuando tome la decisión de hacer el Camino me pregunté ¿lo hago solo o acompañado? desde ese momento mi Camino había empezado y me dije a mi mismo lo haré con las personas que el propio Camino quiera ponerme para acompañarme en esta aventura. Tras un tiempo preparándome encontré una página que es para encontrar compañeros para hacer el Camino, no pasó mucho tiempo cuando me puso un mensaje un compañero que me decía que estaba interesado para hacer el Camino y de tratar de hacer un pequeño grupo de compañeros, me pareció bien y a partir de ahí  se empezó a crear un vínculo de amistad, luego se sumó Miriam y seguidamente Serafín. Al poco de haberse formado el grupo me llamó Dani y me dijo que tenía que contarme algo, fue cuando me contó que tiene un problema en la visión y que no veía bien y además que Miriam también tiene discapacidad visual, que quería decírmelo porque no todo el mundo estaba dispuesto a acompañarles en el Camino, yo le contesté que estaré encantado de hacerles de guía, que uno de mis valores más importante es servir a los demás. Salimos el 24 de octubre de 2018 estuvimos juntos una semana hasta Logroño, al tercer día se unió Ismael que también fue una persona importante para el grupo. Me quedé solo y continué mi camino.





Hace un par de meses de mi llegada a la meta escogida cuando di el primero de los pasos de muchos que me faltaban por dar para llegar a Santiago de Compostela y hacer la reflexión más grande de mi vida, para intentar ser un hombre nuevo por dentro, para intentar entender el por qué? de esta necesidad de caminar hacia un destino que poco a poco me llamaba. Un lugar donde llegar con mi vida a cuestas, un lugar para entender lo más posible el trayecto caminado en todos los años vividos, un lugar donde poder descansar después de poner paz en mi corazón y mi mente.

Después de dos meses, creo que todo este tiempo transcurrido solo me aportó ganas de vivir, ganas de seguir caminando. Creo que esto ya es mucho lo recibido a cambio de ese caminar de muchos pasos. Mi primer paso fue en tierras francesas, esas tierras vecinas, tierras de unas gentes que se me antojan reacias a nuestra amistad, diría casi que distantes con todos nosotros, y me gustaría saber porque. Esa es mi apreciación, puede que esté equivocado. Pero como digo, allí di mi primer paso para comenzar a recorrer el Camino de las Estrellas, un Camino milenario, un Camino casi siempre de unión, pero un Camino siempre para la vida. Ojalá, y lo siento más ahora, todos los caminos sean siempre de unión y de convivencia en paz.

Estos dos meses vividos desde entonces, ha valido para dar un gran paso, como una transición previa a un futuro que me espera, espero, a nuevas metas aún por conquistar, a nuevos caminos por descubrir, a dar otros millones de pasos en la vida intentando siempre ver luz al final de cada camino, de los muchos caminos que todavía quiero andar.

Unos recuerdos permanentes y presentes, de una nueva forma de sentir muchas cosas que antes pasaban desapercibidas para mí, de saber mirar con los ojos del corazón. A respetar mucho más todo lo que me rodea y disfrutarlo con la simple sencillez grandiosa de ver nacer un nuevo día. Sentir que cada amanecer es un regalo que debo intentar vivir.

Una experiencia brutal para mi forma de ser, digo brutal por lo grande que me parece y por las grandes sensaciones que anidaron en mi interior para quedarse para siempre. Ojalá que con el discurrir de los años, sigan vigentes en mí como ahora las siento. Yo pondré todos mis esfuerzos para que así sea. Lo que viví es algo indescriptible, algo que a lo largo de estos meses no soy capaz de encontrar la palabra que a mí me parezca justa, que más que justa, acertada, que me llene para poder expresarla a los demás, para intentar que comprendan mi manera de sentir y para sentirme plenamente satisfecho conmigo mismo. Pero de todos modos si estoy satisfecho.

Llevo escribiendo en estos dos meses de mí caminar en esos 26 días del Camino, pero nunca me siento satisfecho del todo, todos los días siento en mi cabeza pensamientos nuevos, todos los días siento el Camino como el día después de mi llegada. Unos días siento nostalgia, otras ganas de ponerme en marcha de nuevo, pero siempre feliz por lo vivido y sentido en el Camino.

Al principio mi cuerpo pedía descanso, desconectar de tantos días caminando, pero a medida que los días pasan, la nostalgia me invade, cada día siento más el orgullo de ser peregrino, trato de escribir nuevos recuerdos que afloran a mi cabeza a diario, llegan poco a poco, como si los recuerdos del largo peregrinar quisieran caminar despacio, como yo lo hacía, no quieren abrumarme, vienen caminando y haciendo descansos, como por etapas, como esencia del Camino. Como una compañía silenciosa transportando imágenes a mi mente y sonrisas a mi corazón.

En estos meses, procuro ponerme a veces el calzado que usé en el Camino, y salgo a caminar a diario, sé que no es lo mismo, pero lo necesito. Los lugares actuales por donde camino no dejan el poso en mí como caminante, pero es lo que tengo, camino para sentir la libertad, para desconectar de lo que me rodea aunque sea difícil conseguirlo. Camino por el placer de caminar, así de sencillo, es lo más barato en la vida y lo más reconfortante para mi cuerpo, sentir el cansancio caminando para sentir después el gran placer de descansar. Alguna vez camino sin mirar lo que me rodea, intento solo rodearme de los lugares que están en mi cabeza muy presentes todavía, trato de transportarme de nuevo a esos lugares de algún modo. A veces, cuando cierro mis ojos por unos segundos me siento de nuevo en algún lugar del Camino. Esos segundos me llenan de alegría, son sueños dando pasos, son sueños que solamente los puedo interpretar yo, son sueños que siempre estarán conmigo cada vez que camine, cada vez que me ponga en movimiento.

Para mí cuando caminaba por lugares desconocidos, sentía un placer difícil de explicar, mis pies por momentos empezaban a sentir que compartían los pasos de otros caminantes a lo largo de los siglos. Mis ojos se volvían inquietos al descubrir todo lo nuevo, no eran capaces de fijarse en un solo punto durante mucho tiempo, solo querían transmitir a mi mente y a mi memoria toda la información visible y posible.

Muchas veces sentí la necesidad de continuar caminando a pesar del cansancio, sentía como todo lo nuevo que se presentaba para mí me llamaba a seguir, me daba energía y ponía mi mente a expandirse imaginando historias, imaginando tiempos pasados y futuros sobre los caminos que pisaba. Todos los porqués de este sentimiento que me producen al caminar, inyectan una luz a mí mente para llegar a ver en las sombras y se trasforman en luces que antes no veía.

Cuando di el primer paso de este largo Camino, solo tenía dudas, muchas dudas y miedos, pero de igual forma tenía ilusión, mucha ilusión y ganas, todas las ganas del mundo dentro de mí para caminar, para sentirme libre, porque sabía que, desde siempre, caminando me sentiría libre, me sentiría solo pero rodeado de gente y de cosas.

También cuando en algún lugar del Camino el cansancio hacía que mi cuerpo dijese basta, pidiendo descanso, descansaba pensando en el momento en que este cansancio pasajero me abandonase y pudiese ponerme en pie y continuar caminando, continuar descubriendo lugares en cada recodo, en cada esquina, en los valles, bosques  y en las montañas, en los pueblos y en las gentes.

Placeres sencillos, placeres que siempre estuvieron ahí pero que nunca antes fuera capaz de verlos. Lugares soñados por mí con mucha anterioridad empezaban a cada paso a hacerse realidad, caminar con la compañía de grandes montañas, grandes bosques que me llenaban de felicidad, llanos, valles, ríos, pueblos y ciudades y lo más importante, la gente que como yo caminaba por el Camino de las Estrellas. Todo lo que vivía superaba en mucho mi imaginación cuando pensaba en hacer el Camino. Era la Naturaleza puesta ante mí, el espectáculo más grandioso y variado en el que sentirme importante.

Pude encontrarme sentado una mañana en un alto del Camino viendo amanecer y también un valle desde el lugar donde pudo estar sentado hace 800.000 años un hombre o una mujer mirando el llano en Atapuerca y sus lagunas. Pude sentir el rumor del viento como ellos lo sintieron, disfrutar el mismo calor que me ofrecían los rayos del mismo sol que a ellos calentaron y dieron luz a un nuevo día. Sentirme parte de la historia a cada paso, a cada descanso mirando el horizonte, mirando las piedras milenarias que conforman los grandes monumentos a lo largo del Camino, mirando los ríos que desde hace miles de años apagaron la sed de los caminantes con su agua y que en mi forjaron una parte de mi vida, árboles centenarios que me dieron sombra para descansar en los días de sol, que me dieron sus frutos sin preguntar ni pedir nada a cambio. Toda la naturaleza puesta a mi servicio, para disfrutarla despacio, para respetarla siempre. Caminar para ser feliz, esta puede ser la frase de mi vida.

Cuanto tiempo de mi vida sin sentir que lo más simple de la vida y de las cosas, pueden aportar una serenidad incomparable. Que todo o casi todo lo que antes era un logro, ahora veo que lo sentiría como superficial, que la verdadera felicidad está mucho más en las pequeñas cosas. Que ahí pude encontrar lo que nunca había sentido. Que una sonrisa de alguien desconocido, en un lugar desconocido de mi caminar, pude sentirla como un gran regalo, un gesto que antes pasaba desapercibido en mi vida por recibirlo de alguien también desconocido, un gesto que yo entendía en su mirar como para decirme: “Comparto tu cansancio”, “comparto tus pensamientos”, alguien que tal vez no vuelva a ver jamás, que algún día lo recuerde y ocupe mi pensamiento, que sea de algún país lejano que me gustaría conocer. Que pienso en ese momento en que su mirada se cruzó con la mía y dejé pasar la gran oportunidad que me brindaba el momento de conocerlo mejor, de cambiar o más bien combinar sus sonrisas con mis sonrisas y mis palabras con sus palabras, saber de su forma de ser, de su país, de su cultura, algo de su vida, saber incluso algo de su religión y su lengua distinta a la mía, pero con la fe de caminar, ese alguien que pudo, o puede, llegar a ser mi propio reflejo en mi espejo, alguien del que aprender y que como yo puede que sea feliz simplemente caminando. Es simplemente alguien que está cruzando, como yo, un puente en esta vida, un gran puente.

Un puente muy largo, un puente que todos nosotros deberíamos cruzar o intentarlo algún día en la vida, para sentir o intentar sentir como la entrada de la energía del bienestar hace desaparecer nuestros miedos acumulados a lo largo de nuestra vida y sentirnos casi como si naciésemos de nuevo a la vida.

Hay miles de puentes a lo largo del Camino de la vida, solo debemos dar el primer paso para encontrar el primero de los puentes en nuestro Camino, con nuestra mochila cargada de dudas, miedos y ambiciones, pero por encima de esa mochila que siempre sobresalga la ilusión, esa ilusión que no pesa en nuestra mochila, que hace más ligero nuestro peso, esa ilusión como meta para la búsqueda del primer puente que nos espera, ese puente milenario, hecho de piedra dura, hecho para soportar el peso de mi vida, único y compartido al mismo tiempo, que por largo que sea, por muchos descansos que nuestros cuerpos pidan, siempre levantarnos con la energía de la ilusión, porque todos los puentes tienen principio y final. De nosotros, solo de nosotros depende de cómo será ese final. Pero no es este el momento de hablar de finales, es momento de recordar principios, de serenar la imaginación para que los recuerdos sean los protagonistas, los que de verdad empujen y den alegría a mi relato, que pueda disfrutar con ellos aunque a veces sienta que pueden hacerse repetitivos.

Quiero poner a la gente que de alguna manera más recuerdo por el simple hecho de que forman parte de mi Camino, siempre están ahí como una parte indispensable en el discurrir de ese millón, o más, de pasos que conforman estos recuerdos.

Al principio conocía a los principales protagonistas de mis recuerdos  unas personas con las que compartí risas y cansancios, unas personas que siempre supe que podía contar con su apoyo en el momento del desfallecimiento, que me ayudaron del mismo modo que yo les ayudé y que en un momento y en un lugar del caminar, nuestros pasos se alejaron esperando a que algún día podamos volver a caminar juntos. Luego fui conociendo a más personas que aunque no andamos mucho tiempo juntos, fue suficiente para que su recuerdo sea imborrable. Personas de muchas partes de España y del mundo, unos de países más cercanos y otros más lejanos, pero que, ahora, están todos a la misma distancia en mis recuerdos, están presentes a pesar de la distancia. Cada día recuerdo algo nuevo, recuerdos todos agradables, alguno no tanto, pero pasado el tiempo todo se vuelve bueno.

No sé si la vida me dará la oportunidad de volver a verlos algún día, supongo que no, pero da igual, la vida continúa, el Camino siempre está listo para seguir caminando por él, y ellos siempre irán a mi lado.

Uno de los recuerdos que más me acompaña es simplemente mi Tierra y las otras tierras por las que caminé. Este caminar hizo crecer en mí de forma desmesurada el gran amor que ya sentía por ella.

Cuando uno se pone a caminar día tras día, siente y ve mejor las diferencias entre un lugar y otro, es la mejor forma de palpar, sentir y vivir los lugares. Es la mejor forma de comparar y apreciar lo bueno y lo malo de cada cosa y lugar y este es el motivo de mi cambio. Un cambio que no me sorprende, al contrario me hace feliz, se diferenciar muchas cosas que antes me pasaban desapercibidas, que no le daba valor o importancia como ahora, que ahora sé lo que para mí vale de verdad.

Otra parte es simplemente el recuerdo de algunos pueblos que conocí y que de alguna forma dejaron un poso en mi muy agradable, un deseo de saber de ellos ahora que los conozco un poco. No sé si volveré algún día de nuevo, pero mientras tanto busco toda la información posible para poder sentirme más cerca de ellos.

Estos pueblos que tanto me agradó es Estella-Lizarra, un precioso pueblo navarro. Conocí muy buenas gentes, apoyo siempre en mis dudas, siempre unas palabras amables y de afecto. Todo lo que engloba la cordialidad la encontré en este lugar y sus gentes. Gracias.

Roncesvalles, Puente la Reina, Los Arcos, Torres del Río…Tantos lugares y tanta historia, tanto del Camino como de grandes personajes que hicieron que renaciera en mi aún más la pasión por todo ello.

La provincia de Logroño, con Logroño ciudad a la cabeza, Navarrete, Nájera y como no, Santo Domingo de la Calzada, otro lugar que me agrado de forma distinta, me sentí también como en casa.

De las provincias de Burgos y Palencia, muchos lugares que me sorprendieron por ser totalmente desconocidos para mí, incluso ni conocía sus nombres, de lo cual sentí vergüenza en algún momento. Pueblos o más bien casi pequeñas ciudades como Belorado, Agés, Frómista, Carrión de los Condes y como no, Atapuerca.

La Provincia de León siempre estará unida a mí por algo más especial, principalmente su capital, un lugar donde decidí hacer un pequeño descanso para sentir de nuevo una mano en mi mano, un apoyo a mi cansancio, un apoyo a mi caminar. No voy a nombrar pueblos de esta provincia, todos se quedarían pequeños en los recuerdos al compararlos con León, y quiero ser justo con todos ellos que me aportaron preciosos recuerdos también. Solo quiero hacer una salvedad entre todos ellos, no ya por el pueblo en sí, El Acebo, sino por la propia etapa de ese momento.

Un día duro para caminar por las inclemencias del tiempo y al mismo tiempo feliz al final del día, con muchas anécdotas, pero por encima de todo está el momento en que empecé a pisar las piedras depositadas por miles de peregrinos a través de los años y que rodean la base de la Cruz de Ferro. Fue el profundo sentimiento que brotó en mi cuando mi mano tocó y acarició la Cruz de Ferro. Las primeras lágrimas de emoción y casi diría dolorosas que brotaron esa mañana. Una estaca de roble rematada con una cruz de hierro se sitúa en el punto más alto del Camino Francés, entre las localidades de Foncebadón y Manjarín, a 1500 metros de altura. La tradición dice que hay que arrojar una piedra en la base traída del lugar de origen del peregrino, de espaldas a la cruz para simbolizar que se ha dejado atrás el puerto.

Tampoco puedo dejar de escribir de mi agradable, entre otras, sorpresa cuando llegué a pueblo de la Virgen del Camino. En un momento en que casi puedo decir me acompañaba cierta tristeza, apareció ante mí la Basílica dedicada a la Virgen del Camino. Mi ignorancia, una vez más, se vio gratamente recompensada con lo que mis ojos veían, y ya la emoción indescriptible fue cuando entré y mis ojos vieron el interior de la Basílica. Fue un momento de sentir algo distinto, algo sorprendente para mi manera de pensar. Fue muy íntimo, unos segundos donde mis creencias religiosas, escasas, hicieron que pensase y pensase…  

Luego ya entro en Galicia, ya antes de pisar tierras gallegas, algunos pueblos limítrofes me ofrecieron una especie de preludio de la marea de sentimientos que estaban por llegar en el momento en que, en un lugar del Camino un monolito en medio del monte me lo confirmaba.

Ese día nació con lluvia, como queriendo darme el bautismo y limpiar mi áurea para entrar sin el polvo del Camino en mi adorada Galicia. Y así fue como empecé a caminar temprano, con una emoción contenida, intentando serenarme y solo pensar en caminar como siempre hice en etapas anteriores, tratar de disfrutar de todo lo que me rodeaba, de toda la abundante vegetación y del color verde que me recibía para que mis ojos empezasen a acostumbrase al color con el que se identifica Galicia.

Después de 26 días caminando a lo largo de pueblos, bosques y senderos, con lluvia, con viento, niebla y cansancio, ahora nos disponemos a entrar en nuestra ya tan soñada Compostela. Y es en este preciso momento, cuando atisbamos la catedral de Santiago a lo lejos, cuando nos damos cuenta que todo nuestro esfuerzo ha merecido la pena.

Seguimos caminando y la catedral cada vez está más cerca. Nos sentimos nerviosos e impacientes porque ya nos queda nada, pero seguimos caminando juntos hasta el último momento.

Y al fin aparece: ¡La Catedral de Santiago! Es más bella de los que mis sueños me habían mostrado. No podemos dejar de observarla. Estamos perplejos y algo empieza a fluir en nuestras mentes. El resto de peregrinos y yo nos quedamos en silencio durante casi quince minutos. Es el momento de reflexionar sobre lo que ha supuesto para cada uno de nosotros/as esta gran aventura.

He comprendido cómo la batalla de la vida no la gana siempre el más fuerte o el más rápido; que la persona que gana es aquella que cree poder hacerlo, que tiene ganas y que lucha por conseguirlo. Además, a lo largo de las rutas pude comprobar en propia piel que no hay mejor bastón en el que apoyarnos que nuestros propios compañeros. Compartir es crecer y  la mejor forma de integrarse y formar parte de un grupo es caminar junto a él.

Es curioso pero a lo largo de todo el camino, no he dejado ni un minuto de aprender. Nada de lo que nos rodea es nuestro y no hay mejor profesora que la propia vida y las personas que nos rodean. Por ello, hemos de aprovecharla y vivir cada momento como si fuera el último.

Y ahora que alcanzamos nuestra meta, sabemos que la meta consiste en seguir caminando. Por todo ello, sólo me queda decir que cuando pasen los años y recordemos estos momentos, miraremos hacia atrás con la nostalgia de haber vivido  una experiencia inolvidable:

El Camino de Santiago

 

Curso de Iniciación a la Equitación


Ánimo que al que le guste la equitación le va a gustar.



 

miércoles, 2 de septiembre de 2020

Escuela de Música



 

Aventura Ruta Nocturna Cumbre de Beas



El pasado sábado 29 de agosto 2020 se realizó una bonita e impresionante ruta nocturna, organizada por el  El Contadero, estas rutas se vienen haciendo desde este año, se van a realizar muchas más, sirva este medio para que todos estéis informados y nos acompañéis cuando os apetezca os voy a mandar la última que se ha hecho y os hagáis una idea.